USO ha participado en la reunión del Comité Ejecutivo de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), celebrado en Bruselas los días 26 y 27 de octubre. Entre los numerosos temas de debate, ha quedado clara la voluntad del sindicato europeo de participar en las negociaciones previas a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el llamado Brexit. “Debemos estar involucrados para asegurar que los trabajadores no paguen los platos rotos del Brexit”, dijo Luca Visentini, secretario general de la CES. También es vital que las afiliadas de la CES presionen a sus respectivos gobiernos para que otorguen a los ciudadanos británicos residentes en su país el derecho de quedarse indefinidamente, en justa correspondencia a que sus nacionales no tengan problema en permanecer en el Reino Unido. La reclamación de una “verdadera garantía juvenil” ha sido también una de las conclusiones de la reunión.

Las instituciones europeas han accedido en principio a las demandas de la CES para participar plenamente en las negociaciones del proceso de reforma de la UE y de la UME (Unión Monetaria Europea) destinado a construir un nuevo futuro para Europa. La influencia de la CES se centrará en garantizar la dimensión social de la UE sobre la base de las posiciones y propuestas aprobadas por los dirigentes sindicales europeos y recogidas en el documento «Plataforma de la CES para el futuro de Europa». Incluso si los aspectos sociales son prioritarios, la CES insiste en su imbricación con los económicos y tampoco se olvida de subrayar los valores democráticos. Entre muchas otras, cabe destacar la propuesta muy innovadora de un seguro de desempleo europeo.
La CES también se está preparando a llevar a cabo una campaña masiva a favor de un aumento salarial para los trabajadores europeos. Ya es urgente que se reduzca la escandalosa y creciente brecha salarial entre los trabajadores más pobres y quienes tienen rentas indecentes, entre los hombres y las mujeres y entre los países del norte de la UE, los del este y del sur de Europa. Estas desigualdades inaceptables destruyen la cohesión social, ponen trabas al crecimiento económico y favorecen la muy peligrosa popularidad de los movimientos populistas y de extrema derecha.

El CETA (acuerdo económico global con Canadá) es uno de los temas candentes abordados por el ejecutivo de la CES, con la anulación de la cumbre UE-Canadá, que se debía haber celebrado el 27 de octubre en Bruselas, por negarse a firmar el parlamento de Valonia (Bélgica) a no ser que se vuelvan a abrir negociaciones. La CES coincide con esta negativa de firmar este acuerdo negociado en secreto y sin la menor participación de los sindicatos a pesar de sus graves consecuencias potenciales para los trabajadores. Al igual que Valonia, la CES pide que se inicie un proceso de negociación transparente de herramientas vinculantes que garanticen la protección de los derechos laborales, servicios públicos, mercados públicos, del medio ambiente y la eliminación del sistema de protección de los inversores mediante tribunales especiales.